Puntos de interés turístico que se visitan en esta ruta.
Día 1: Arona - Vilaflor - Parque Nacional del Teide (Museo Etnográfico Juan Évora - Roques de García - Teleférico del Teide- Centro de Visitantes el Portillo) - Mirador de la Crucita - Mirador de Ayosa - Mirador de Chipeque- Mirador de Ortuño - Mirador de Montaña Grande - Santa Cruz de Tenerife - Candelaria
Día 2: Acantilados de Los Gigantes - Mirador de Archipenque - Parque Rural de Teno (Masca - Mirador de Cruz de Hilda - Mirador Altos de Baracán) - Buenavista del Norte - Faro de Teno - Los Silos - Garachico - Icod de los Vinos - La Orotava.
Día 3: San Cristóbal de la Laguna - Parque Rural de Anaga (Centro de Visitantes y Mirador Cruz del Carmen -Mirador de Pico del Inglés - Taganana - Benijo) - Playa de las Teresitas.
Día 4: Adeje - Guía de Isora - Santiago del Teide - Eco Museo del El Tanque - Mirador de Lomo Molino - Los Realejos - Puerto de la Cruz - Tacoronte.
El corazón mismo del pueblo (declarado Bien de Interés Cultural) lo representa la iglesia de San Antonio Abad, del siglo XVIII, situada justo en el espacio que cien años antes ocupó una ermita.
Este pueblecito posee un encanto único, en parte por su privilegiada situación, enclavado en la parte más alta de la Isla y rodeado de pinares, a un paso del Teide.
Es sin duda el lugar que más identifica a Tenerife. El Parque Nacional del Teide fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 2007 con la categoría de Bien Natural. Es también Diploma Europeo por el Consejo de Europa y forma parte de los Lugares Red Natura 2000. Y razones para recibir tales reconocimientos no le faltan.
Juan Évora fue el último habitante de La Cañadas que conservaba el modo de vida tradicional. La casa en la que vivió, situada en el cruce de Boca Tauce (junto a la bifurcación de las carreteras TF-21 y TF-38), en el acceso sur del Parque, ha sido rehabilitada convirtiéndose en un punto de información y pequeño museo etnográfico que nos muestra una exposición sobre el antiguo estilo de vida de los pastores en Las Cañadas.
Esta impresionante formación rocosa es una chimenea volcánica fonolítica, es decir, un conducto de salida de lava que terminó solidificándose sin emerger a la supeficie, visible por el proceso erosivo.
El Teleférico del Teide permite ascender a la cumbre del volcán salvando un gran desnivel que, de hacerse a pie, requeriría mucho tiempo y esfuerzo. Está compuesto por dos estaciones: la estación base del Teleférico del Teide, que ofrece servicio de bar y restaurante-buffet, y la estación superior, en La Rambleta, a 3.555 metros, con sensacionales vistas de la isla de Tenerife y del archipiélago canario.
Llegas al Centro de Visitantes atraído por la belleza del paisaje y ni te imaginas todo el conocimiento natural sobre el Parque Nacional que descubrirás en su interior. Avanzas por el pequeño museo del Centro, devorando la información de los paneles y absorbiendo todo sobre el origen del Teide o las especies que habitan en él. ¡Incluso ves con tus propios ojos el interior de un tubo volcánico!
De orientación sureste y situado en la TF-24 en dirección a La Esperanza. Te encontrarás con un auténtico balcón natural que te regalará vistas hacia la Caldera de Pedro Gil, donde se eleva el Volcán de Arafo o de Las Arenas que entró en erupción por última vez en 1705.
Situado a unos 2.000 metros sobre el nivel del mar se esconde entre pinos y la frondosa vegetación de alta montaña (codesos, rosalillos de cumbre o chahorras). Podrás ver desde aquí el Valle de La Orotava, la cabecera del barranco de La Madre y el pinar de los altos de Aguamansa.
Tómate tu tiempo para contemplar desde aquí el fresco verdor del Valle de la Orotava y si el mar de nubes te impide ver el tesoro que guarda debajo aprovecha para disfrutar de su espectacular manto blanco o mira hacia el cielo en busca de la estampa de El Teide.
Ésta es una parada obligada cuando te dirijas al Teide por la carretera de la Esperanza. Márcala en tu mapa y verás que no te decepcionará. Desde aquí puedes contemplar las primeras panorámicas del Parque Nacional, de la costa noroeste de la isla y, a veces si el día es claro, incluso de la vecina isla de La Palma.
Si subes por la carretera TF-24 hacia el Teide encontrarás un claro que se abre en medio de un pinar con ejemplares centenarios. No lo dudes y desvíate para encontrarte con unas excelentes vistas de Santa Cruz de Tenerife, de la zona agrícola de El Rosario y de los abruptos montes de Anaga.
La capital de la Isla es una ciudad cosmopolita y fascinante. Parques como el García Sanabria, edificios emblemáticos entre los que destacan el Auditorio de Tenerife Adán Martín o el Tenerife Espacio de las Artes… Los atractivos de esta urbe son innumerables, y hasta las cosas más simples parecen aquí extraordinarias.
Se respira un aire especial en Candelaria. Esta villa es una de las que muestra su ímpetu religioso de forma más sincera en todo el Archipiélago. En su solemne basílica, rodeada de imponentes estatuas guanches de bronce, acoge la imagen de la Virgen de la Candelaria, La Morenita, patrona de Canarias.
Lo de Los Gigantes se le puso por razones obvias. Este acantilado situado en Santiago del Teide forma parte del Parque Rural de Teno y alcanza en algunos puntos los 600 metros de altura desde el mar, en una caída casi recta que da vértigo incluso si se contempla desde abajo.
Desde este mirador podrás disfrutar de unas magníficas vistas del Acantilado de Los Gigantes, así como de su puerto deportivo.
Además, podrás ver la isla de La Gomera en todo su esplendor.
El Parque Rural de Teno se encuentra situado en el extremo noroccidental de la isla de Tenerife y comprende parte de los municipios de Buenavista del Norte, Los Silos, El Tanque y Santiago del Teide. Con sus 8.063,3 hectáreas es uno de los espacios naturales más bellos de Tenerife y ha conservado sus grandes valores ecológicos, paisajísticos y culturales, en gran parte, gracias a su aislamiento.
Las casitas del Caserío de Masca se alinean sobre las crestas de las montañas. Ocupan prácticamente cada porción del espacio habitable, encaramadas al filo del abismo que dibujan los barrancos más hondos de la isla.
En este mirador encontrarás un establecimiento hostelero desde cuya azotea se puede disfrutar de unas vistas panorámicas de la zona, concretamente del caserío de Masca y de su espectacular barranco.
Está considerado un mirador con vida ya que su particular ubicación, justo en la cumbre, en la carretera que une las Portelas y Masca, permite apreciar el marcado cambio de clima que hay entre la vertiente norte y la sur.
Su faro marca el límite último, haciendo de vigía en un entorno espectacular de aguas cristalinas. Buenavista se sitúa en el extremo noroccidental de la Isla. El casco del municipio encierra un montón de edificios preciosos de gran valor.
Se trata del punto más occidental de Tenerife y que cuenta con más horas de sol al año. Desde su faro se puede observar tanto la costa norte de Tenerife como los acantilados de Los Gigantes, que se extienden en el oeste de la isla. ¿Cómo llegar al faro? En guagua (bus) de servicio público (línea 369) desde la estación de Buenavista del Norte.
Una visita a Los Silos regala, ante todo, tranquilidad y sosiego. Es igual de recomendable dar un paseo por su costa, donde se disfruta de magníficos lugares de baño, como por sus espacios naturales, repletos de senderos.
Sus calles adoquinadas invitan a explorar el corazón del pueblo, sus iglesias y construcciones históricas. Garachico rompe clichés: ¿quién dijo que alguien no puede resurgir de sus cenizas?
El Drago Milenario es, probablemente, la figura que más identifica a Icod de Los Vinos. Desde luego, es una visita obligada, pero no menos que un recorrido por las callecitas empedradas y las pequeñas plazas y fuentes del corazón del municipio.
Para muchos, La Orotava es uno de las localidades más bonitas de la Isla. Situada en medio del valle del mismo nombre, destaca por sus construcciones perfectamente conservadas, lo que ha llevado al casco de la ciudad a ser declarado Conjunto Histórico Artístico.
La ciudad es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1999 como “ejemplo único de ciudad colonial no amurallada”. Conserva casi intacto el trazado original del siglo XV que ya reflejó por entonces el maestro Leonardo Torriani en su mapa de La Laguna.
A escasos minutos en coche de la capital (Santa Cruz de Tenerife), encontrarás el Parque Rural de Anaga, declarado Reserva de la Biosfera, que ha conseguido conservar sus valores naturales de manera excepcional. No serás el primero que cae rendido ante su bellísima y abrupta cordillera de cumbres recortadas.
Orientado a las labores de investigación, conservación, divulgación del Parque, también merece una visita el Centro de visitantes Cruz del Carmen.
Llegarás a él por la subida al monte de Las Mercedes que sale desde la ciudad de La Laguna. Excavado en la misma roca, te regalará unas vistas panorámicas de todo el norte y el centro de la Isla: desde los Roques de Anaga hasta Santa Cruz e incluso del omnipresente Teide.
El blanco de las casitas reluce en medio del verde fuerte de las montañas. Taganana es un pueblo diseminado en el interior del Parque Rural de Anaga. Lo circundan playas vírgenes y roques que afloran del mar a varios metros de la costa, con su peculiar aire misterioso y fantástico a partes iguales.
Si te gusta la naturaleza en estado puro, no puedes perderte la playa de Benijo. Disfrutarás de un paisaje único en la Isla con unas vistas privilegiadas a los Roques de Anaga. Los atardeceres son mágicos, sobre todo cuando se mezcla la resaca del mar con el rojo del horizonte y las siluetas de los roques volcánicos surgiendo desde fondo del mar.
Las Teresitas es la playa más emblemática de Santa Cruz de Tenerife. Situada en el pueblo de San Andrés, esta playa de arena dorada destaca por estar poblada por multitud de palmeras, y es muy visitada por los santacruceros.
Aunque empezó siendo un pequeño pueblo cerca de la montaña, el auge del turismo a partir de mediados del siglo pasado hizo de su zona costera uno de los lugares de vacaciones más relevantes de toda Europa. Adeje combina su carácter de pequeño enclave rural, plagado de senderos y paisajes naturales fascinantes, con una planta hotelera de 4 y 5 estrellas de primer nivel.
Este municipio tiene de todo para el viajero. En su casco se levantan valiosas edificaciones como la iglesia de Nuestra Señora de la Luz, del siglo XVI. Saliendo del centro urbano aguardan dos caseríos que se quedaron anclados en el tiempo: Aripe y Chirche.
Municipio situado al suroeste de la isla de Tenerife. A sus 1000 metros de altitud sobre el nivel del mar, se puede apreciar un contraste entre el paisaje volcánico y los cultivos de vid, almendros e higueras. El volcán Chinyero, en la Reserva Natural Especial del Chinyero, tuvo lugar la última erupción ocurrida en Tenerife en el año 1909.
El Ecomuseo de El Tanque acoge una exposición sobre la vida en el Partido de Abajo, nombre que se le daba antiguamente a este lugar, mediante paneles interpretativos, audiovisuales, realidad virtual e interactivos, destinados a conocer la historia y cultura de este pequeño rincón del norte de Tenerife.
Ubicado en la carretera que une El Tanque y Tierra del Trigo, te ofrece vistas de la Caleta de Interián, del Roque de Garachico y de la Isla Baja, además de las medianías agrícolas de El Tanque.
En Los Realejos se encuentra uno de los mejores lugares de Tenerife para lanzarse en parapente: el mirador de La Corona. Pero esta localidad encierra cientos de bellezas más. Desde el vergel que constituye la Rambla de Castro a la playa del Socorro, o edificaciones como la iglesia matriz del Apóstol Santiago.
Los primeros turistas que llegaron a Canarias lo hicieron a este lugar, que no ha perdido su íntimo sabor marinero a pesar de los cientos de miles de viajeros que recibe cada año. Todavía conserva intacto su muelle pesquero, adonde arriban temprano las barquitas con el pescado fresco.
Hay quien elige perderse entre sus frondosas zonas verdes, como lo es el bosque de Agua García. O quien prefiere adentrarse en los magníficos Jardines de Hamilton. Por supuesto, otras opciones incluyen recorridos por las calles del casco histórico, donde aguardan diversas bellezas, desde la parroquia de Santa Catalina a La Alhóndiga y El Calvario.