Roque del Conde, una aventura noble. Costa Adeje, Tenerife Sur

Roque del Conde, una aventura noble

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Subir montañas no sólo te ayuda a mejorar tu estado físico, sino que también te enseña a ser positivo, tener paciencia, persistencia y gratitud. Cuando pisas una cima puedes estar bastante seguro de que eres de una minoría y de que el paisaje que contemplas lo han visto pocos ojos.

En Costa Adeje hay mucho que compartir y muchas montañas que subir. Estamos rodeados por una cordillera de montañas espectaculares y entre ellas, con su cima plana particular e inconfundible en forma de meseta, está el Roque del Conde.


Es un domo volcánico también llamado “Roque de Ichasagua” en recuerdo al jefe guanche que resistió alzado en estas cumbres varios años después de oficialmente haber terminado la conquista de Tenerife en el año 1496. Debido a su antigüedad, la erosión ha actuado durante mucho tiempo y la zona de ascenso es muy escarpada, de ahí que la aventura está asegurada. Pero la recompensa está al llegar a lo más alto. La aventura habrá merecido la pena: una extraordinaria vista panorámica de todo el sur y suroeste de Tenerife.

Su recorrido empieza en un pueblecito pequeño, llamado Vento, en el municipio vecino de Arona. Tiene una dificultad media por sus pendientes y desnivel, pero el paisaje merece la pena. Atraviesa zonas de bancales y algunos barrancos. Se tarda una cuatro horas en llegar en hacer todo el recorrido completo, ida y vuelta, y se recorren unos 6 kilómetros.